lunes, 15 de octubre de 2012

A.A.C. (3° Aniversario)

   Y un día pasó. Me di cuenta de que en vano criticaba y me burlaba de toda esa gente por el hecho de creer que las cosas que escribían eran sólo cursilerías sin sentido, ni coherencia y muchos menos sentimientos.
   Todas sus frases se encargaban de mencionar: "ojos hermosos", "dulces caricias", "increíbles abrazos", "simples sonrisas" y cosas así.
   Recién hoy me acabo de dar cuenta que es verdad: extraño todas esas pequeñas cosas que aquella persona me daba.
   Ver de cerca esos hermosos ojos; recibir aquellas dulces caricias; o esos increíbles abrazos, que me hacían ver las estrellas; también extraño causar esas pequeñas sonrisas que podría jurar que iluminaban mi vida.
   Y un día pasó. Me volví uno de ellos, uno más. Un tipo que escribe cursilerías.
Ahí vas a estar, riéndote de esto y del grupo al que recientemente me uní. Hasta que un día te pase.

domingo, 14 de octubre de 2012

El otro

Lee y no lo puede creer. ¿Por qué?
No lo sabe.
Y escarba en su día; escarba en su vida.
Es todo tan parecido; como temerle al ridículo.
Abarrotar sus cajones. El arte que nunca hizo.
Piensa el humano reprimido, porque no sabe.
Una balanza; para que sus ojos enloquezcan.
Pero no.
Es que nunca es tarde,
mientras pueda respirar por sí solo.

Uno

Pudiste atarme. Podrías maltratarme, sin que mi sonrisa se borre.
Aunque conformista; y haya yo jurado que jamás...

Inteligencia y sensibilidad, suficiente para cautivar.
Forma, alcanzó para destrozar mi libertad.

Un sentimiento avergonzante por la mañana al despertar; 
ya nada tiene más valor.
Incalculable, como las cosas que desde siempre más me gustaron.

La estupidez se justificó al conocerte. No existe estrategia...
Y todos te miraron, todos te miran. Soy uno más, quizás sólo uno más.
Faltarle el respeto a los moños, desagradecidamente. 
Siempre soy uno más.

Uno más, de todo eso a lo que le di la espalda. Y vos, el arma del enemigo.
El arma más hermoso, clavándose por mi pecho o mi espalda.
Da lo mismo porque me encantaría: sentir tu filo. Rendirme o morir.
Da lo mismo.

Y ahora es así: ríe del tonto, ríe el tonto. Ambos sonríen.